La humildad golea a la soberbia
El conjunto gaditano barre a la escuadra bética. La División de Honor Cadete Andaluz, llegaba el sábado 28 de Enero de 2017, a la décimo novena jornada de liga. En ella, el Balón de Cádiz C.F. recibía al Real Betis Balompié, que venía comandando la competición.
A la hora del partido, jugado a las 16:30 horas el ambiente es festivo, el personal se está preparando para el COAC. Buena entrada en la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz.
Había optimismo en el conjunto verdiblanco. Llegaba cómo líder de la competición, habiendo goleado en la jornada anterior 7 - 0, al Séneca, cordobés. Con los sevillanos viene el máximo goleador de la Liga. Al llegar el autobús del Betis, a los aparcamientos de la Ciudad Deportiva, los jugadores están echados en sus butacas, como si ninguno quisiera ser el primero en bajar. Tienen una voz interior que les dice: Este partido lo tenemos ganado sin bajarnos del autobús.
El partido empieza puntual, con una temperatura ideal. Por parte amarilla saltan los habituales, los verdiblancos reservan a su estrella.
El primer tiempo es apasionante, con un Betis transportado por su suficiencia y jugando bien. El Cádiz es un bloque muy sólido atrás, en la media, muy trabajador y con libertad para los artistas del ataque.
Empezaron tratando de imponer su juego los verdiblancos, pero acabaron sobrepasados por un Cádiz que por momentos desarboló por completo al Betis. Los gaditanos empezaron dubitativos, pero acabaron haciéndose con el mando del partido ante la inoperancia de los visitantes. El Betis merodeó el área local, sin grandes ocasiones, mientras que el Cádiz acechó el gol con más acierto.
En el minuto 13, tras jugada colectiva, la escuadra amarilla, marca el primero, ante el entusiasmo local. 1 - 0. El mal humor se apodera de los jugadores y de la hinchada bética. ¡Cómo nos pueden ir ganando!, no paraban de repetir, sin poder dar respuesta, a su vanidad.
El gol, le dio más pasión al partido. El conjunto local va a más, los visitantes a menos. Los gaditanos empezaban a creérselo y los sevillanos estaban a verlas venir. Se esfumaba el primer periodo, el Betis se merecía ir perdiendo.
Empieza la segunda parte y el Betis se hace con el control del partido, se nota que han sacado a su jugador referencia, con él todo es otra cosa, los verdiblancos dan un salto de calidad. Muchas llegadas al área cadista, pero poco peligro.
El paso por los vestuarios podría hacer revivir situaciones de partidos anteriores, pero no. Esta vez, la intensidad de los locales continuó, no dejándose acercar en el marcador y aumentando más si cabe la diferencia.
Pero que si quieres arroz, Catalina. En el minuto 54, otra vez el Cádiz, tras un lanzamiento de falta lateral, remate de cabeza en el área y balón que se acurruca en la red, gol. Cádiz 2, Betis 0. La irritación se apodera de los béticos.
Los locales cogen el timón, izan las velas aprovechan el viento que sopla a favor y sacan provecho del berrinché de los visitantes. El Cádiz hace el 3 – 0, de falta directa que entra ajustado al palo cómo un obús. Minuto 61.
Quedaban veintinueve minutos más el descuento, todo un mundo por delante. El Betis se desahoga con juego duro, en un clima de pasión extralimitada, se olvida de jugar. El Cádiz entra en su juego y el partido se va difuminando en el tiempo sin grandes ocasiones de peligro. El Cádiz es superior al Betis.
El Betis descuenta de penalti en la prolongación, minuto 93, 3 - 1. Tras el lanzamiento, pitido final. No se podían ir de vacío.
El Betis se retira líder y el Cádiz, tipo cordial, de vivísima inteligencia y fino humor, se metió al auditorio en el bolsillo.
El Real Betis sufrió la segunda derrota de la campaña al verse sorprendido por las ganas e intensidad del Cádiz, que salió enchufado desde el primer momento y no dejó de tener fe hasta el último segundo. Con este triunfo por 3-1, el equipo amarillo encadena por primera vez en esta temporada una racha de dos victorias consecutivas.
Como bien indicaba el entrenador bético a sus pupilos en el fútbol tan importante es saber asimilar la victoria como la derrota. Algo que deberían instruirse los progenitores, tan habituados a la gloria, que no saben digerir de la mejor manera la derrota. La pedantería es mala acompañante de viaje.













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