El Balón de Cádiz C.F. pone fin a 2016 soñando y esperando con ilusión 2017. A los amarillos les ha costado entrar en la dinámica de la División de Honor Cadete, pero han sabido ganarle el pulso a la categoría y terminar esta primera vuelta en zona de permanencia. De momento el conjunto gaditano no ha encontrado la regularidad y una buena racha de resultados, que le den un salto cuantitativo en la tabla. 14 puntos en 15 jornadas y a 2 de distancia con el descenso. Con trabajo y tesón, se puede sacar adelante un proyecto de futuro y encarar con fortaleza el año venidero. En 2017 todo cambiara.
El fútbol es un juego colectivo y cómo tal, todos los integrantes del plantel colaboran para el mayor logro en este deporte, el gol. Los pases de gol ó asistencia, es fiel reflejo de ello. Pocos factores hay tan gratificantes en el balompié como dar el pase de gol. Aquellos que protagonizan ese gesto generoso sienten un grado de satisfacción, tanto o mayor, que cuando son los autores de un gol. Tan importante es marcar como filtrar un servicio preciso para facilitar el remate. En este capítulo tenemos a Alberto, Roberto y Miguel Ángel con dos asistencias y Óscar, Pablo, Jordan, con un pase. Hasta 6 integrantes de la plantilla han sido participes de 9 goles de sus compañeros.
Detrás de todo gol hay un juego previo que se convierte en la antesala del éxito cuando la acción termina con el esférico en el fondo de la portería. Víctor, es el sello del gol, autor de 6 de los 20 goles anotados por el Balón en las 15 jornadas de liga que se han disputado. Víctor es el máximo realizador, aunque su potencial está bien respaldado con la aportación de jugadores como Alberto, con tres dianas y Juan Carlos, Jordan, con dos goles y un grupo de siete jugadores completa la nómina goleadora con un gol cada uno, Álvaro, - portero cadista que anoto el primer tanto de la competición -, Miguel Ángel, Manuel, Iván, David, José Manuel y Javi. 11 jugadores han saboreado el gol en esta primera vuelta de la competición.
Un equipo de fútbol es un conjunto de jugadores organizados que tienen un objetivo común. Cada miembro del equipo es responsable de un cometido y sólo si todos ellos cumplen su función será posible sacar un proyecto adelante. Parece fácil, pero en el ámbito futbolístico conseguir ese enfoque es realmente complicado. Todos los jugadores desde la humildad, deben de poner su granito de arena, para llevar el propósito a buen puerto.
Existe una creencia irracional muy arraigada en nuestra cultura que dice algo así: “Debo ser competente y demostrar inteligencia en todos los aspectos”, es decir, que debemos ser infalibles, al menos ante los ojos de los demás, sin permitirnos errar.
Las personas sienten un miedo intenso a errar y piensan que si los demás perciben que ellos no dan la talla, van a ser criticados. Y esto, les genera muchísima ansiedad. Si lo meditamos, nos daremos cuenta de que se trata de un miedo muy absurdo y contraproducente.
Por otro lado, comprobaremos que ciertamente demostrar ciertas cualidades es gratificante. Cuando los demás nos halagan o felicitan por algo que hemos hecho bien, nos sentimos geniales con nosotros mismos, orgullosos. Por lo que, debemos de ignorar a ese miedo que nos alerta de que algo malo sucederá si fallamos. Tranquilos, no va a pasar nada, por lo tanto ahí que atreverse a llevar a cabo todas esas acciones que te dan miedo.