Mucho frío y poco fútbol
Balón de Cádiz C.F. “B” y Atlético Zabal, brindaron un partido igualado, con mucha emoción y desagradable por la climatología, pero con un gran ausente: el fútbol. Ni gaditanos, ni linenses ofrecieron argumentos con el balón, más allá de la intensidad en el juego, aunque con la estrechez del terreno de juego, pocos movimientos se podían desarrollar.
No pudo verse un vistoso partido sobre el verde del Complejo Deportivo de La línea de la Concepción, en la mañana del sábado 27 de febrero de 2016. Ambos equipos se contagiaron de una mañana muy gris, donde las bajas temperaturas y el fuerte viento condicionaron enormemente el desarrollo del encuentro.
Encuentro de la zona noble en la Segunda División Andaluza Cadete, que tuvo los condicionantes que se le suponen. Emoción, calidad, intensidad... pero poco más. De fútbol apenas se vio algún destello en el mini futbolín del “Virgen del Carmen”, donde los dos equipos disputaron cada metro del terreno de juego – no había que moverse mucho-, pero donde fueron incapaces de desarrollar idea futbolística alguna, ni de crear más de un par de ocasiones por bando.
No podían faltar en este tipo de choque la pasión, los nervios e incluso la nobleza de sus protagonistas. El partido transcurrió con una ida y vuelta constante, en la que no había un dominador claro. Dominio alterno cada minuto. A fases era el Zabal el que parecía llevar el peso; en otros momentos era el Cádiz el que apabullaba a su rival. Los dos rondaban el área contraria – no era muy complicado- aunque escaseaban las ocasiones realmente claras. Y este era el decorado del partido: presencia en ambas áreas sin opciones claras y contundencia en los despejes.
Con el paso de los minutos, ninguno de los dos equipos, ralentizó el ritmo e hizo que la intensidad se redujera. Tampoco el poderoso viento ó el intenso frío fue capaz de hacer mella en los dos conjuntos, aunque sí al devenir del juego. A medida que se acercaba el final del encuentro también eran menos las ganas que tenían los zabalistas de arriesgar y a las continuas interrupciones se unieron las precauciones. Con semejante panorama, el partido quedaba a expensas de alguna jugada aislada. No llegó y sucedió lo que se intuía. Victoria local por dos a uno. Ganó, quién aprovechó más, sus escasas ocasiones.