El Balón de Cádiz pesca tres puntos en el Rosal
El Balón de Cádiz C.F. “B” se llevó un triunfo de la Ciudad Deportiva “Bahía de Cádiz”, que le afianza en la zona noble. Lo hizo ante el conjunto portuense del Trasmallo F.C., que no ha mejorado su juego. Partido correspondiente a la Segunda División Andaluza Cadete, disputado el sábado 20 de febrero de 2016 a las 13,30 horas con mucho viento de levante.
La primera parte resultó entretenida, con el equipo local buscando la portería rival, con un fútbol alegre y atrevido. Muy poco tiempo pasó para que se viese la diferencia de pegada entre uno y otro. Aunque el primer gol del conjunto amarillo llegó en el minuto dieciséis, lo cierto es que el cuadro amarillo, ya había avisado en varias ocasiones, dejando claro que a la mínima que pudiera no perdonaría. Así fue. En el intercambio de golpes, siempre dio la sensación de que el Cádiz hacía más daño y la diferencia está en la calidad. Así se llegó al descanso, con un escaso premio para los locales ante un noble Trasmallo. Se ataca sin descanso pero se sigue adoleciendo de lo mismo: fortuna. Si la tuviera, el resultado seguramente habría sido muy distinto.
En la reanudación, las intenciones quedaron claras desde el mismo momento que el árbitro hizo que un instrumento de viento de una única nota produjera un sonido mediante un flujo forzado de aire, “el pitido inicial”. Los locales salían a ampliar lo antes posible la ventaja mientras que los visitantes soñaban con poder acortar distancias. El Cádiz lo intentaba sin demasiada ventura y el Trasmallo esperaba en su porción de campo sin muchas ideas en sus botas, el recurso más propicio que desarrollaban no era otro que enviar misiles, en la búsqueda de una segunda jugada que tampoco es que fuese la mejor opción, con el viento que hacía. Pero la suerte apareció “también hay que buscarla”. Aprovechando los últimos coletazos del carnaval, el guardameta visitante desempolvó el disfraz de Aladín y otorgó tres deseos a la escuadra cadista. En un “plis plas”, tres goles salían de la lámpara. El Cadiz tenía el partido más que solventado con un marcador más que abultado. Era lo justo, pero siempre el que gana es por mérito, ya sea mucho o poco. Con un resultado demoledor, los contrincantes dieron el duelo por finiquitado para desgracia de los allí congregados. Triste y aburrido empezaron a pasar los minutos, en el campo apenas sucedían cosas de interés, ambas escuadras nada nuevo ofrecían, el partido estaba demasiado soso. Los minutos seguían pasando y ambos contendientes seguían como si nada. No cambiaba nada. No buscaban soluciones. Seguían haciendo la guerra por su cuenta. La llegada del minuto noventa dio por finalizado, el insufrible juego.
El Cádiz realizó el partido más pragmático de la temporada. Sin despeinarse, sacó la victoria y aprovechó para encadenar la segunda victoria consecutiva.











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